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domingo, 8 de diciembre de 2013

Breve Biografía

James Wong Howe, apodado cariñosamente por algunos como "el chino", ya que nació en 1899 en Kwantung, (China), es uno de los más grandes directores de fotografía en blanco y negro que ha dado el séptimo arte, y un especialista en el cine bélico. Su padre fue uno de los miles de hombres chinos que trabajó en la construcción de la vía férrea, de la Northern Pacifici Railway. Con cinco años, en 1904, se reuniría, como el resto de la familia, con él, en Pasco, Washington.
Entró de casualidad en el cine, al encontrarse con un amigo que fotografiana un cortometraje de Mack Sennett.


Se acercó al director de fotografía, y conseguiría un empleo en los laboratorios de Players Lasky studios. Tras ser requerido también de extra, Cecil B De Mille se fijo en él porque le hacía gracia que tan menudo portara un cigarro puro tan grande, y comenzó a trabajar de asistente de cámara en sus producciones. Una de sus innovaciones, cuando trabajaba de fotógrafo de foto fija, lograr que la mirada de la actriz, Mary Miles Minter, pareciera más oscura mientras contemplaba una superficie oscura, posibilitó que la actriz le requiriera en su préximo proyecto como como director de fotografía. A partir de 1923 se afianzaría en la profesión, adquiriendo notoriedad por los difusores que utilizaba delante de la lente para suavizar la imagen (en especial de las actrices). 
Apodado también "Low Key Hoe" fue también un pionero en el uso de la profundidad de campo. En activo como director de fotografía desde 1928, sus primeros trabajos reseñables fueron "El Código Penal" (Howard Hawks, 1931), "El Carnet Amarillo" (Raoul Walsh, 1931), "La Cena de los Acusados" (W.S. Van Dyke, 1934), "¡Viva Villa!" (Jack Conway, 1934), "La Marca del Vampiro"
(Tod Browning, 1935), "El Prisionero de Zenda" (John Cromwell, 1937), y sobre todo "Argel" (John Cromwell, 1938), por la que recibe el justo reconocimiento de la Academia. Trabajos con Berkeley, Curtiz o Bacon, cierran la década. En los años cuarenta, James Wong Howe consigue cimentar su prestigio con "Abe Lincoln in Illinois" (John Cromwell, 1940), "The Strawberry Blonde" (Raoul Walsh, 1941), "Kings Row" (Sam Wood, 1942), "Yankee Doodle Dandy" (Michael Curtiz, 1942), "Air Force" (Howard Hawks, 1943), "The North Star" (Lewis Milestone, 1943), "Hangmen Also Die" (Fritz Lang, 1943), "Pasaje para Marsella" (Michael Curtiz, 1944), "Objetivo Birmania" (Raoul Walsh, 1945), "Cuerpo y Alma" (Robert Rossen, 1947), o "Pursued" (Raoul Walsh, 1947), no está mal, ¿verdad? Pienso que en los cincuenta siguió trabajando a buen ritmo, aunque la Academia lo tuvo arrinconado doce años, hasta 1955, en ese tiempo Howe, imaginó bellas construcciones visuales como "The Baron of Arizona" (Samuel Fuller, 1950), "The Brave Bulls" (Robert Rossen, 1951), "Come Back, Little Sheba" (Daniel Mann, 1952), e incluso dirigió una película titulada "Go , Man, Go" (1954). Como ya he mencionado antes, es 1955 el año de su resurgir con dos obras excelentes, una en color "Picnic" (Joshua Logan), y otra en blanco y negro "La Rosa Tatuada" (Daniel Mann), por la que recibe tras treinta años de carrera su primer Oscar. No era Wong Howe un especialista en el uso del color, pero eso no le impidió crear una serie de interesantes obras como "Adiós a las Armas" (Charles Vidor, 1957), "El Viejo y el Mar" (John Sturges, 1958), "Propiedad Condenada" (Sidney Pollack, 1966), "Hombre" (Martin Ritt, 1967), "El Corazón es un Cazador Solitario" (Robert Ellis Miller, 1968), "Last of the Mobile Hot-Shots" (Sidney Lumet, 1970), "Odio en las Entrañas" (Martin Ritt, 1969), o "Funny Lady" (Herbert Ross, 1975) su última película y su última nominación. No obstante, en los años sesenta y finales de los cincuenta nos legó otros enormes trabajos en blanco y negro, "Chantaje en Broadway" (Alexander Mackendrick, 1957), "The Last Angry Man" (Daniel Mann, 1959), su obra maestra "Hud" (Martin Ritt, 1963), que le reportó su segundo Oscar, con una fotografía donde rechaza servirse del cielo, aclarándolo para suprimir así las nubes y lograr una inmensa extensión luminosa, alargando y reforzando, en cambio, las sombras en la tierra, "Cuatro Confesiones" (Martin Ritt, 1964), y "Plan Diabólico" (John Frankenheimer, 1966); Frankenheimer que en blanco y negro sacó mucho partido también a directores de fotografía como Robert Planck, Burnett Guffey, Lionel Lindon o Ellsworth Fredericks. James Wong Howe moría en 1976, un año después de su retirada, después de conseguir pasar a la Historia del cine como uno de los mejores directores de fotografía, sus películas, dos Oscars, diez nominaciones, y multitud de premios, así lo atestiguan.

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